Una relación epistolar

La siguiente entrevista es una trascripción fiel a lo dicho durante el programa semanal de la super estrella del periodismo, Deibis Lark. Un picante reportero que, con un estilo bastante particular, posee la habilidad de dar profundas batallas intelectuales con sus invitados. Tratando de usar cualquier cosa para incomodarlos, busca que estos salgan de si mismos y puedan resbalar un poco bajo sus propias palabras. A continuación, presentamos la primera parte de la entrevista llevada a cabo con unos de los principales participantes a la campaña por la presidencia, Gabriel Morich, quien ha dado una divertido resultado:   ------- - Como bien saben, en este programa, llevamos esperando mucho tiempo para hacer está entrevista ya que siempre tu asistente nos comunicaba esa apretada agenda tuya. Gabriel Morich, bienvenido, un gusto que estés aquí. Por fin nos diste tiempo. - Buenas noches, Deibis, efectivamente por fin tengo tiempo jajaja. Aunque más que el tiempo era pues el deseo, cierto,

Durante años, fui tratado con desdén por los miembros de mi comunidad académica, quienes, ofuscados por sus mentes cerradas, me tildaban de un loco extravagante. Mis ideas, y en este punto no pretendo sonar demasiado pretensioso, estaban adelantadas a su época, prometiendo consigo un atractivo donde los dones otorgados a los humanos podían ser llevados a nuevos limites. Realicé experimentos donde mis sujetos de pruebas eran inyectados con una droga que les permitía enfrentarse a situaciones deslumbrantes, como por ejemplo: ver en la completa oscuridad al ser capaz de generar su propia luz, escuchar los engranajes de un reloj a pesar de estar oculto tras una gruesa capa de concreto y metal,  o poder dar saltos sin tener que flexionar las rodillas. De todos aquellos, hubo uno en particular que aplique sobre mi mismo, y del cual juré, jamás aplicar sobre ningún ser humano, me estoy refiriendo al super olfato. En mi opinión, considero que percibir un aroma es equivalente a saborear un gust