Cuento censurado
Mirándose de frente, en la hora y sitio acordado, platicando sobre las historias vívidas durante aquellos años de distancia, sintiendo como las sensaciones dormidas despertaban gracias a los detalles que, al día de hoy, estaban presentes y que todavía los atraían involuntariamente. Los hoyuelos en su mejilla, esa mirada triste color oscuro, aquel mechón rebelde, el silencio acogedor después de cada carcajada, el perfume y el aliento que traían consigo recuerdos de sabores, los reflejos desencadenados por aquella memoria motriz que ejecutaban de nuevo aquellos roces de mano, y de la cercanía involuntaria que se producía sobre ambos. Era tarde y regresar era lo más sensato para cada uno, acompañarla no tomaría mucho tiempo. Durante aquel breve paseo, la conversación se mantenía iluminada por una luz de ingenuidad que sobre ambos proyectaba una sombra de picardía. Un estado de embeleso que no fue capaz de precaver las emociones disparabas por la caricia de una mejilla, un beso a media l