Cuento de Navidad II
La felicidad inundo su rostro en el preciso instante en que recibió su obsequio. Fue tal cual lo había solicitado en aquella carta, la precisión de los detalles, la exactitud del tiempo, una situación planeada de manera asombrosa; jamás se hubiera imaginado que los milagros navideños ocurrieran de aquella forma, pero en esta ocasión sucedieron. Obviamente para el resto de las personas que se encontraban a su alrededor, aquel presente no era como tal una sorpresa grata que esperaran, la mayoría se conforma con un par de medías, trago gratis o una sonrisa cualquiera de un familiar lejano; para todos ellos, ver aquel regalo, fue un simple acto de amargura. Recuerdo cuando llegó aquella solicitud de entrega. Jamás en la vida me imagine hacer un trabajo en una noche de navidad, pera la paga era tan buena, casi el triple de lo que ganaba en un trabajo normal, era imposible negarse ante aquella particular labor. Ahora que lo pienso, nunca debí acceder a aquello, era algo a todas luces inmo