El secreto de la torre
Al final encontró eso que tanto buscaba, lo que faltaba y era suyo. Todo esto me lo explicó en sesiones realmente largas y separadas. Me contó un poco de su pasado, eso sí, solo por ser yo y nadie más, ningún otro lo había escuchado antes, ni siquiera ella misma. Creo que me ocurre algo parecido, en cierta forma, es tan seguro hablar con ella como tan seguro es hablar conmigo mismo; aunque bueno, ni eso, porque hablar consigo mismo, en algunas ocasiones, es casi tan peligroso como un extraño. Recuerdo cuando me lo mostró, estaba dentro de una caja pequeña, cubierta de polvo y en apariencia abandonada. Pero estaba allí, a pesar de su aspecto tan inusual. Era como un cristal redondo y cálido, daba gusto mirarlo y ganas de tocarlo. Me dijo que en el pasado lo había guardado para sí misma, era un regalo que esperaba el momento oportuno para entregarlo, pero que por alguna razón, lo había olvidado. Me contó que es algo muy común, todos en algún momento de nuestra vida lo ocultamos de noso