Camino de hormigas
A pesar de que lo hago demasiado, por no decir mucho, siempre realizo caminatas hacia ningún lado. Todas ellas con la única finalidad de mirar y escuchar un mundo que se escapa y se mueve como el aire a través de las barrotes de aquello que llamamos cotidianidad. Hoy, sé de las muchas otras faltantes que están allí esperando a que mis pies o mis manos o mi cuerpo entero, sea quienes se apoyen allí, ya bien sea por un momento de genuino avance, de perdida en un mundo ajeno o para siempre en el fin. Que cruel he sido, no solo con quien me lo han preguntado, sino conmigo mismo al responder a la pregunta: ¿Sabe de un sitio donde caminar? Y a pesar de haber caminado mucho, y de recorrer a diario tantos kilómetros de barrios y calles nuevas, me siento perplejo y frustrado al responder que sinceramente no conozco de algún sitio en donde se pueda caminar a gusto, que de todos los lugares que conozco, estos se encuentran tan lejanos en la distancia y los recuerdos, que solo llegar hasta allí s